Competitividad en México
Instituto Mexicano de la Competitividad
La globalización ciertamente ha cambiado el concepto de competitividad. Los responsables de la misma ya no son sólo las empresas sino que, en cada vez mayor medida, es la sociedad en general quien forja o no su propio destino. El cambio de competitividad de empresas a competitividad de países ha puesto una carga muy relevante, urgente e importante, a todos y cada uno de los mexicanos. Ya no es posible escapar de ella sin condenar a México a malgastar sus recursos naturales de forma ineficiente, a acabar siendo un país con una generación de riqueza negativa, a tener más del 60% de la población en pobreza o a conservar sus reservas de petróleo y gas hasta que sean fuentes energéticas de tiempos pasados.
Es importante que la sociedad trabaje en conjunto y se una a través de un pacto de competitividad. Los sectores gubernamental, político, empresarial y social, tienen la obligación de demostrar la voluntad de ser agentes promotores de dicho pacto, predicando con el ejemplo. Sólo con un pacto de competitividad, México podrá tomar un rol preponderante en la economía globalizada. Sin él México se retrasará y experimentará un rezago del cual, desafortunadamente, no podrá salir con éxito.
Factores para la competitividad de México
Instituto Mexicano para la Competitividad A.C.
Sistema de derecho confiable y objetivo.
Califica la existencia y observancia generalizada de reglas claras y libertades suficientes para un desempeño vigoroso y ordenado.
Manejo sustentable del medio ambiente
Califica tanto el estado de conservación ambiental como la tasa de degradación de los principales activos ambientales y la interacción de éstos con las actividades productivas y de consumo.
Sociedad incluyente, preparada y sana
Califica el bienestar y las capacidades de la fuerza laboral como una aproximación de la calidad del capital humano de los países en términos de su escolaridad y condiciones generales de salud y bienestar. +
Macroeconomía estable
Refleja las condiciones que ofrecen un clima propicio y estable que dé certidumbre a los inversionistas, a las empresas y a los individuos para planear y tomar las decisiones de corto y largo plazo que, en suma, determinan el desempeño económico y la competitividad de la economía.
Sistema político estable y funcional
Juzga sobre la calidad del sistema político a través de aspectos básicos de legitimidad, estabilidad y efectividad del sistema.
Mercados de factores eficientes
Para tener una base de comparación de los costos, se califica la eficiencia con la cual los mercados de los principales insumos para la producción surten a las actividades productivas de mano de obra, energéticos, recursos financieros y bienes de capital.
Sectores precursores de clase mundial
Abarca los sectores de transportes, telecomunicaciones y sector financiero, porque su existencia es necesaria para que se cree o se desarrolle la economía de un país.
Gobiernos eficientes y eficaces
Se refiere al desempeño del gobierno en tres ejes fundamentales: a) el costo de hacer negocios asociado a trámites e interacción con autoridades; b) calidad de la regulación sectorial y promoción de la competencia, y c) la suficiencia y eficiencia del gasto público.
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Analiza en qué medida los países capitalizan sus relaciones con el exterior para ser competitivos.
Sectores económicos en vigorosa competencia
Mide la capacidad de los sectores económicos de México para competir con éxito en la economía mundial.
Simulador de Competitividad
En base a los factores antes citados, el Simulador de Competitividad del IMCO, tiene como propósito que el usuario pueda aprovechar de manera didáctica interactiva, los indicadores contenidos en los informes de competitividad internacional elaborados por el Instituto Mexicano de la Competitividad.[1]
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"Instrumentación de reformas estructurales México"; OCDE y One Planet
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Variables económicas a considerar
Variables económicas a considerar
Variables políticas, gubernamentales y jurídicas
Variables tecnológicas
Variables sobre competidores
1. ¿Cuáles son las principales fuerzas de los competidores?
2. ¿Cuáles son las principales debilidades de los competidores?
3. ¿Cuáles son los principales objetivos y estrategias de los competidores?
4. ¿Cómo es probable que respondan los principales competidores a las actuales tendencias económicas, sociales, culturales, demográficas, geográficas, políticas, gubernamentales, tecnológicas y competitivas que afectan a nuestra industria?
5. ¿Hasta qué puntos son vulnerables los principales competidores antes las estrategias alternativas de nuestra compañía?
6. ¿Hasta qué punto son vulnerables nuestras estrategias alternativas ante los contraataques de nuestros principales competidores que han tenido éxito?
7. ¿Qué posición ocupan nuestros productos o servicios con relación a nuestros principales competidores?
8. ¿En qué medida están entrando en la industria empresas nuevas y saliendo empresas antiguas?
9. ¿Qué factores clave han dado por resultado nuestra posición competitiva presente en esta industria?
10. ¿Cómo han cambiado en años recientes las clasificaciones de ventas y utilidades de nuestro principales competidores en la industria? ¿A qué se debe el cambio en las clasificaciones?
11. ¿Cuál es la naturaleza de la relación entre proveedores y distribuidores en esta industria?
12. ¿En qué medida podrían los productos o servicios sustitutos representar una amenaza para los competidores de esta industria?
Modelo de las cinco competencias de Porter
Factores macroambientales internacionales de las organizaciones
En síntesis, analizando el macroambiente internacional de las organizaciones siempre habrá que tener en cuenta los siguientes factores:
Reformas estructurales
Gerardo Daniel Juárez Mtz.: " ¿Con qué se comen las reformas estructurales?" en Observatorio de la Economía Latinoamericana,Número 57, marzo 2006. en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/index.htm
Introducción
En el presente comentario, me permito compartir una serie de reflexiones, respecto de la problemática mexicana, tan necesitada de decisiones sobre el modo de enfrentar la economía global y la pobreza local, y tan falta de consensos que le permitan establecer un modelo, quizá no el deseado por los neoliberalistas, e incluso, quizá tampoco el deseado por los izquierdistas.
La falta de un navegante diestro en el timón político y económico del país, amén de la férrea, por no decir perra (con el perdón de los caninos, por supuesto) lucha por el poder, ha llevado al país a la confusión, ya que no se sabe si se vive en un mundo de ficción (Foxilandia señalan algunos periodistas), realidad o surrealidad.
Se comentarán algunos tópicos relativos a las reformas estructurales, y su afectación principalmente, en las prestaciones laborales.
I. Las reformas estructurales
Las reformas estructurales, son el conjunto de propuestas (llamémosle agenda) que los organismos internacionales y las potencias económicas, imponen en las economías subdesarrolladas y emergentes, bajo la pena, amenaza o sugerencia, de que si no son impulsadas, los países perderán competitividad. Es una manera de abaratar los costos de producción, en un mercado globalizado.
Por la teoría económica de la ventaja, conocemos, que los países deben dedicarse a aquellos rubros o actividades en los que son más eficientes, para obtener más ingresos y evitar desperdiciar sus esfuerzos, en el desarrollo de actividades que no reditúan, o que dejan muy poco margen de ganancia, neoliberalismo puro.
Las reformas contemplan cambios en seis grandes rubros: Reforma Electoral, Reforma del Poder Legislativo, Reformas al Federalismo Hacendario, Reforma Presupuestaria, Reforma Energética y Reforma Laboral.
Explicaré un poco, qué se pretende en la Electoral, la Energética y la Laboral, dado que son de vital importancia, en la elección del presidente en Julio próximo.
Una propuesta presentada en el Congreso de la Unión, allá en el lejano 2004 proponía entre otras cosas: " una disminución del 50% al financiamiento público de las campañas intermedias, regulación de precampañas, devolución de bienes de los partidos que pierdan el registro y transparentar el financiamiento privado que reciban partidos y candidatos"[3].
Los activos energéticos tienen vital importancia para los grandes capitalistas, quienes buscan pagar lo menos posible por los insumos, incrementando sus utilidades, sin que ello signifique compartir dicha riqueza, o cree el amable lector que de verdad desean compartirla.
Un grito-solicitud muy reiterado por los neoliberalistas internacionales y sus corifeos mexicanos actualmente en el poder, es el hecho de que el gobierno no tiene la capacidad de modernizar los procesos de generación y distribución de luz, gas y petróleo, dado que no puede distraer recursos de atención social, a la modernización de la industria energética nacional, y según ellos, las empresas no son rentables.
La pregunta del millón de dólares: Si las empresas públicas de energéticos mexicanos son ineficientes, cuentan con un pasivo laboral enorme y no tienen flujo de efectivo para su modernización, ¿por qué son tan atractivas? Para comprarlas a precio de remate, supongo.
En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-94) se instrumentó la devolución de los bancos a los inversionistas privados y se permitió el servicio de banca por parte de extranjeros, la privatización bancaria ha sido una experiencia dolorosa para la economía mexicana, para muestra, un botón: el caso Fobaproa[4].
México había gozado durante años, de un sistema laboral muy benévolo, si ustedes desean llamarlo así, paternalista. Un sistema que dio muy buenos resultados económicos, si no hubiera sido así, dudo que hubiese ricos en México, e incluso dudaría de que gentes como Lorenzo Zambrano (Cementos Mexicanos) y Emilio Azcárraga (Televisa), herederos de emporios industriales generados a principios y mediados del siglo XX, siguiesen teniendo una posición envidiable, en la lista de los ricos más ricos del mundo.
II. La pretendida reforma laboral
El sistema laboral mexicano, pese a sus supuestamente onerosos costos, dejaba a los empresarios, ganancia suficiente, como para crear emporios industriales con presencia no sólo nacional o regional, sino incluso mundial.
Claro que si se comparan las prestaciones laborales mexicanas, con las existentes en otras latitudes, China, por tomar un ejemplo. Evidentemente que con su mayor densidad poblacional, nulas prestaciones, nula libertad de expresión, el costo de la mano de obra es más barato.
Una pregunta interesante que podría hacerse cualquier neófito sería: ¿por qué los líderes occidentales se preocupan tanto por los derechos humanos en Cuba y no por los de China? Supongo que la amenaza oriental es realmente de temer.
El sistema laboral mexicano incluye entre otras cosas: Semanas de 40 y 48 horas con pago de 56, registro en la seguridad social para el trabajador y sus beneficiarios directos, con coberturas de Enfermedades, Maternidad, Guarderías para hijos de aseguradas, Accidentes de Trabajo, Muerte, Cesantía en Edad Avanzada, Vejez y Viudez.
Además de lo anterior: prima vacacional, un mínimo de seis días de vacaciones pagadas al año (que aumentan conforme a la antigüedad), liquidación por despido injustificado (más de 90 días de salario y 20 más por cada año trabajado) y prima de antigüedad de 15 días por año laborado, si se tienen más de 10 años de trabajo (misma que se entrega al trabajador aunque su renuncia sea voluntaria).
Los patrones deben cubrir además: el 2% del sueldo para la pensión del trabajador, el 5% de fondo de vivienda y la mayor parte de las cuotas al seguro social.
Todo esto se busca desaparecer de un plumazo, intentando generar reformas para contratar a los trabajadores sobre la base de horas, con salarios únicamente regulados por la oferta y la demanda (¡ya imagino la clase de explotación que se busca!) y sin prestaciones de seguridad social, ya que si un trabajador las deseara, tendría que pagarlas a una aseguradora privada (¡gran negocio!), lo gracioso del asunto, es que con bajos sueldos, ¿cómo podría la gente tener coberturas de salud, pensión, vejez y las demás que hoy otorga la seguridad social en México?
Si vemos el caso de Estados Unidos, existen miles (¿millones?) de personas sin acceso a servicios médicos especializados y de calidad, e incluso, muchos viajan a las ciudades fronterizas con México y/o Canadá, para consultar a un doctor y hospitalizarse. ¿Qué nos esperará a los mexicanos de aprobarse las reformas?
Ya se dio un paso hacia la privatización de la seguridad social con el surgimiento de las Afores (Administradoras de Fondos de Retiro), imitando al modelo chileno. Sin entrar a cálculos financieros complejos, ¿cuánto necesita ahorrar adicionalmente una persona para tener un retiro digno?
Suponiendo que ganan $1000 USCY al mes, el patrón entregaría a la Afore algo así como $70 USCY, lo que daría al año $840 USCY, los cuales con intereses del 8% promedio, no le darían más un mes de sueldo (obtendría $907 USCY), eso sin contar las comisiones que les descuentan a los cuentahabientes.
Si trabajara 30 años, podría juntar menos de 30 meses de sueldo, es decir, menos de 3 años, ¿cuánto tiempo podría vivir con ese dinero si su expectativa de vida se prolonga más de tres años después de su retiro?
III. Conclusiones.
El abaratamiento de la mano de obra en otros países, y la voracidad del capitalismo que busca extender sus ganancias a ultranza, no debe ser el camino que debemos transitar como humanidad, a riesgo de dejar de serlo.
La inseguridad laboral en la que pretenden sumir(nos) a los trabajadores mexicanos, es un riesgo público impresionante, del que quizá no se han hecho los análisis necesarios.
Resulta muy sencillo decirle a la gente que ahorre para el retiro (sí, ahora que está autorizada la bursatilidad de las Afores, que como buenas Sociedades Anónimas, solo responden por el monto de su capital), que busque capacitarse, que tome varios empleos, que pague sus propios seguros, pero, ¿en realidad creen viable que en un país donde más de la mitad de la población económicamente activa recibe menos de $500 dólares al mes sea eso posible?
Lo que se le ha olvidado a los mexicanos y quizá al mundo en general, es la falta de solidaridad y subsidiaridad, se ha olvidado de buscar una economía de carácter social, con rostro humano, cambiándola, bajo los pretextos de la globalización, por una economía explotadora, de selección natural, en la que sólo los más aptos sobrevivirán, ¿y los demás?
No es que esté de acuerdo en subsidiar ineficiencias, pero creo que debe buscarse una rentabilidad social en los negocios, una rentabilidad social en la que se busquen no sólo las ganancias muy justas de los inversionistas, sino también, que las personas tengan la oportunidad de una cobertura mínima, una red de seguridad, un apoyo para mantenerse en pie, no sólo las migajas que caen de la mesa.
[1] IMCO. http://imco.org.mx
[2] Véase en Eumed.net, Juárez Martínez, G.D.: Gobierno y Televisoras: un raro negocio, Observatorio de la Economía Latinoamericana, Número 47, agosto 2005. en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/index.htm.
[3] http://www.canaldelcongreso.gob.mx/article.php3?id_article=825, recuperado el Jueves 9 de septiembre de 2004.
[4] Cfr. López Obrador (1999) Fobaproa: Expediente Abierto. México: Grijalbo y Espinoza Yglesias (2000) Bancomer: Logro y destrucción de un ideal. México: Planeta.
[5] Érika Ramírez @erika. Empeora la pobreza en México: Cepal, recuperado el 13 de diciembre de 2009.
[6] José Antonio Contreras Camarena. Pobreza y Riqueza en México y América Latina, recuperado el 22 de abril de 2010.
Llama BID a concretar reformas estructurales de México
Empeora la pobreza en México: Cepal
Pobreza y Riqueza en México y América Latina
Llama BID a concretar reformas estructurales de México
Milenio.com 25 de noviembre de 2009.
Se necesita mayor transparencia en el manejo de los recursos destinados a estados y municipios, sostuvo John Scott, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Ciudad de México.- El representante en México del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ellis Juan, advirtió que no será suficiente ningún programa social para solucionar el problema de pobreza, si no hay un crecimiento económico de 5.0 por ciento.
Sin embargo, subrayó que para lograr por lo menos ese porcentaje de crecimiento son indispensables las reformas estructurales, que son difíciles de acordar por el consenso necesario con los partidos, pero en otros países se logró y México no puede ser la excepción.
"Son reformas que abordan una política social moderna, que apuntan a disminuir la informalidad, porque las dos terceras partes de informalidad del mercado laboral no es sostenible a largo plazo", además de "entrarle al tema de base tributaria y la competencia en miniservicios, públicos y privados", precisó.
Añadió que México es una nación dotada de ventajas para lograr ese propósito y con las reformas estructurales puede crecer 5.0 por ciento, con lo cual el tema de la pobreza puede reducirse más fácilmente y rápido.
Al participar en el foro Por un México sin Pobres. Juntos Podemos Superarlo, sostuvo que gracias a los programas sociales de México se podrá mitigar el efecto del bajo crecimiento en las poblaciones más afectadas por la pobreza.
Sin embargo, advirtió: "No vamos a solucionar el problema de pobreza con un crecimiento de 2.0 por ciento, por eso es importante crecer 5.0 por ciento".
En tanto, la representante en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Susana Sottoli, comentó que el país necesita profundizar y fortalecer la política social.
Sobre todo, dijo, la que se enfoca a la primera infancia que es en niños menores de tres años, además de reforzar las acciones de la sociedad civil que están enfocadas a frenar la pobreza.
Indicó que con base en datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para que un país supere la pobreza su población debe tener mínimo 12 años de escolaridad, situación que en México, aunque es obligatoria la primaria y secundaria, esos niveles no se alcanzan porque hay serios niveles de deserción.
El investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), John Scott, subrayó que es necesario mayor transparencia en el manejo de los recursos sobre todo en los estados y municipios.
Scott se pronunció por crear proyectos productivos, porque los programas sociales no tienen un proyecto productivo sustantivo, como el de Empleo Temporal, que es pequeño para el reto nacional..
Empeora la pobreza en México: CEPAL.
Tomado de: Contralínea por Érika Ramírez 10 de diciembre de 2009.
Casi el 40 por ciento de la población en condiciones de miseria de toda Latinoamérica, considerada la región más desigual del mundo, sobrevive en México. Este país –en donde 27 millones de personas no tienen acceso a la alimentación, salud, vivienda ni educación– es el único que registró un “empeoramiento” de la pobreza, revela la Cepal. En tanto, la ONU señala que la vida en los pueblos indígenas mexicanos se compara con la de África del Sur.
Se tambalea por las laderas de la Sierra Mixteca. Débil, ciego, enfermo, hambriento y muerto de frío, Anegleto Santiago deambula entre los más pobres del país. Pide un poco de comida, cobijo, techo, ayuda. Sus pasos avanzan gracias al apoyo que le da un palo de madera. No hay nada más.
El hombre de cabello enmarañado olvidó su edad. Se convirtió en un indigente entre los que nada tienen. Perdió familia, casa y esperanzas. La vida de Anegleto, habitante de Coicoyán de las Flores, Oaxaca, aún se sostiene de las hierbas que crecen en el monte y de la caridad de los pocos que pueden ayudarle.
Del indígena nu’saavi se sabe que pasa el tiempo solo: su esposa murió hace algunos años y sus hijos decidieron emigrar al norte en busca de mejores condiciones de vida. No cuenta con apoyo gubernamental alguno y mucho menos con servicio médico (Contralínea 85).
Anegleto, indigente en la Sierra Mixteca, es un número en las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), que indica que en 2008 la pobreza alcanzó a un 33 por ciento de la población latinoamericana: 180 millones de personas. De éstas, 71 millones subsisten en la extrema pobreza o indigencia, acusa. Al comparar el documento Panorama social de América Latina, 2009, presentado en noviembre pasado por la Cepal, y el Tercer informe de gobierno de la administración de Felipe Calderón, resulta que el 38 por ciento de la gente en extrema pobreza o en situación de indigencia radica en México: 27 millones.
Pobreza y desigualdad.
La Cepal señala que ha habido “magros” resultados en el combate a la miseria, puesto que ya son 180 millones de latinoamericanos pobres, de los 545 millones que habitan en el continente.
Hasta antes de 2008, indica el informe, se habían calculado avances en la reducción de este flagelo a nivel regional. De 2002 a 2007 se sostuvo una disminución de 2 por ciento.
Sin embargo, para 2008 el organismo encargado de contribuir al desarrollo económico de América Latina enfatiza que la tasa de indigencia creció 0.3 puntos porcentuales, luego de que esta situación se había contraído 1.4 por ciento por año.
El deterioro en materia de indigencia, explica, “se originó principalmente por el alza de los precios de los alimentos, que implicó un encarecimiento acelerado de la canasta básica”.
Mexicanos en la miseria.
Mientras los índices regionales muestran el deterioro en la vida de los latinoamericanos, México proyecta las paupérrimas condiciones en las que sobrevive la cuarta parte de su población, según las cifras oficiales.
De acuerdo con el Tercer informe de gobierno de Felipe Calderón, el país tiene 27 millones de personas que no tienen nada que comer ni acceso a los servicios básicos de salud y educación. Tampoco tienen vivienda digna. La mayoría es indígena y vive en las zonas rurales del país.
Presentado ante el Congreso de la Unión el 1 de septiembre de 2009, el documento oficial muestra que “la población en condiciones de pobreza alimentaria en el medio rural se ubicó en 12.2 millones de personas”, cantidad superior a los 9.4 millones de 2006. Estas personas representaron el 62.8 por ciento del total de personas con pobreza alimentaria en el país.
El aumento de la pobreza alimentaria, justifica el informe de Calderón Hinojosa, es consecuencia del “adverso entorno nacional e internacional en materia económica, especialmente por el alza de precios de la canasta básica” durante el periodo de 2006 a 2008.
En tanto, las personas en “pobreza de capacidades” –incapacidad para cubrir el patrón de consumo básico de alimentación, salud y educación– en el medio rural suman 15 millones.
México, el peor.
“El único país en que se registró un empeoramiento de la situación de pobreza fue México, cuyo incremento de 3.1 puntos porcentuales entre 2006 y 2008 refleja los primeros efectos de la crisis económica, que se empezó a manifestar hacia fines de ese último año”, dice el reporte de la Cepal.
Contraria a la situación mexicana, países como Brasil, Perú y Uruguay registraron aspectos positivos en el combate a la pobreza, pues tuvieron reducciones de 3 puntos porcentuales; Costa Rica y Paraguay, más de 2 puntos porcentuales, y Panamá y Venezuela registraron una disminución aproximada de un punto porcentual.
Colombia redujo la pobreza de sus habitantes en 4 puntos porcentuales durante el periodo de 2005 a 2008. En tanto, Ecuador y la República Dominicana no mostraron variaciones significativas, dice el informe.
Indígenas, los más pobres.
“Un aspecto preocupante de la evolución de la pobreza en América Latina es la persistencia de las brechas en la vulnerabilidad a ésta, según las características demográficas de las personas, particularmente la edad, el sexo y la etnia”, expone el informe Panorama social de América Latina, 2009.
El mismo documento señala que “el origen étnico de la población es una condición altamente correlacionada con la posibilidad de ser pobre”. Además de que “uno de los rasgos más determinantes de la pobreza es la alta tasa de fecundidad y el alto nivel de dependencia en el hogar, algo que deja en una situación especialmente desmedrada a los niños”.
En 2006, el Informe sobre desarrollo humano de los pueblos indígenas de México mostraba al mundo que 11 municipios mexicanos se encontraban entre los más pobres del mundo. Su Índice de Desarrollo Humano (IDH) es equiparable al de los pueblos de Burundi, El Congo, Ruanda o Angola, naciones al sur del desierto africano del Sahara (Contralínea 72).
“El estudio, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México (CDI), revela que Coicoyán de las Flores, del estado de Oaxaca, es la demarcación más pobre del país, con un IDH de 0.4455. Es seguido muy de cerca por Santiago del Pinar, Chiapas, con un IDH de 0.4479, y por Metlatónoc, Guerrero, con 0.4483.
El oaxaqueño San Martín Peras ocupa el cuarto lugar, con un IDH de 0.4688, seguido por Tehuipango (IDH de 0.4745), de Veracruz, y por Santa Lucía Miahuatlán, de Oaxaca, cuyo IDH es de 0.4833. Los chiapanecos Sitalá (0.4853) y Aldama (0.4858) ocupan los lugares séptimo y octavo. Enseguida se encuentra Mixtla de Altamirano (0.4862), de Veracruz. Mitontic (0.4891) y Chalchihuitán (0.4966), chiapanecos, completan los 11 municipios con el grado más bajo en la clasificación sobre el desarrollo humano elaborado por Naciones Unidas.
Otros 122 municipios, dice el documento del PNUD y de la CDI, se encuentran con un “muy bajo Índice de Desarrollo Humano”, aunque ligeramente superior al de los 11 de “valores extremos”, todos son mayoritariamente indígenas.
La desigualdad.
Una “alta injusticia distributiva”, dice el organismo, está asociada con las opiniones ciudadanas de inexistencia de garantías económicas y sociales básicas, “lo que pone en evidencia la necesidad de que los Estados adopten medidas para cerrar las brechas sociales y avanzar en la cohesión social”.
Además, observa la percepción de que una alta “inequidad distributiva” está relacionada con “la desconfianza en las instituciones políticas y con la creencia de que los gobiernos sirven más a las elites que a las mayorías, lo que indica que la población percibe a la desigualdad como un problema de poder que va más allá de la concentración económica y que, de no abordarse integralmente, puede obstaculizar las iniciativas para promover la cohesión social”.
En 2007, indica la Cepal, el principal factor asociado a la injusticia en la distribución del ingreso fue la “inexistencia de garantías básicas en materia de seguridad social, asistencia y solidaridad con los más pobres y oportunidades de empleo”.
Ya en 2008, el organismo dice que se ha incrementado el número de personas de la región que “creen que su país está gobernado por unos cuantos poderosos para su propio beneficio”.
Empleo precario.
El ingreso primario de los hogares, obtenido a partir del empleo de sus miembros y de la propiedad de diversos activos, “es la fuente principal de las grandes inequidades que registra la región y que la sitúan como la más desigual del mundo”, precisa el informe de la Cepal.
Los avances de los últimos años en materia de crecimiento económico y participación más activa del Estado en el área social “no han modificado sustancialmente las características de funcionamiento del mercado de trabajo ni sus grandes desigualdades. De esta forma, las insuficiencias del mercado de trabajo siguen siendo un factor decisivo para explicar los altos niveles de pobreza de la región”.
A nivel nacional, el Informe sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública, al tercer trimestre de 2009, emitido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, muestra una disminución de más de 500 mil plazas laborales en lo que va del año.
Futuro desalentador
El escenario considerado por la Cepal, entre 2008 y 2009, prevé que la pobreza a nivel regional podría aumentar alrededor de 1.1 por ciento, mientras que la indigencia aumentaría aproximadamente 0.8 por ciento.
Esto se traduce en una expansión de 9 millones de personas pobres, de las cuales algo más de la mitad se encontraría en situación de pobreza extrema. “Sobresale el caso de México, país que registraría el mayor incremento en sus niveles de pobreza e indigencia en consonancia con su elevada reducción del PIB (Producto Interno Bruto) y deterioro de la situación de empleo y salarios”.
En América Latina, la crisis de 2009 estaría empobreciendo a alrededor de una cuarta parte de las personas que salieron de la pobreza en los años anteriores, y que llegaron a 41 millones, es decir unos 10 millones de habitantes.
Mientras la Cepal anuncia el deterioro económico de 9 millones de personas, el Banco Mundial prevé que México tendrá en 2010 una “economía mediocre”.
En el documento AB5168, apunta que “las condiciones del mercado laboral podrían continuar deteriorándose, incluso durante una incipiente recuperación”.[5]
Pobreza y Riqueza en México y América Latina.
Tomado de: Pobreza y Riqueza en México y América Latina.
Por José Antonio Contreras Camarena. 22 de abril de 2010
A continuación reproduzco textualmente el artículo de nuestro profesor Dr. John Scott del CIDE, publicado en Noviembre de 2003, quien nos impartió cátedra en el Diplomado de Políticas Públicas para el Desarrollo Social en México en el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), denominado:
Desigualdad de Oportunidades y el Fracaso del Proyecto Redistributivo en México.
En una cita famosa, Alexander Von Humboldt calificó el México que observó en 1803 como “el país de la desigualdad; acaso en ninguna parte la hay más espantosa en la distribución de las fortunas”. Dos siglos más tarde, México sigue figurando entre los países más desiguales del mundo. En contraste con aquel investigador pionero, hoy contamos con la información necesaria para ofrecer este juicio comparativo con relativa certeza: México presenta la decimotercera distribución más desigual entre 111 países, según el Reporte de desarrollo mundial 2003.[1]
Mientras el 10% más pobre de la población participa en cerca del 1% del ingreso nacional, el 10% más rico percibe cerca de 40% del ingreso, y el 1% más rico percibe el 10%. Esta polarización se observa no sólo en el ingreso, sino en las condiciones que determinarán –desde el momento mismo de su nacimiento- las oportunidades económicas y de vida de las personas. La probabilidad de que un joven mexicano de 16 a 18 años asista a la escuela es hoy apenas de 23% en el decil más pobre, pero casi 90% en el más rico. Si este joven es indígena deberá enfrentar además una probabilidad 60% mayor al promedio nacional de ver a sus hijos morir en su primer año de vida, y si es mujer, una probabilidad tres veces mayor de morir al dar a luz. Si nuestro joven habitara en el municipio de San Martín Huamelulpan, Oaxaca, tendría que aceptar una tasa de mortalidad infantil equivalente al promedio nacional de hace más del medio siglo y 11 veces mayor a la tasa actual del municipio de San Nicolás de los Garza García, Nuevo León, una brecha similar a la que separa a Bangladesh de Estados Unidos.[2]
Contrastes de tal magnitud en las oportunidades de vida más elementales de las personas resultan intolerables en cualquier circunstancia, pero son especialmente desconcertantes dado el origen revolucionario del Estado mexicano.
Desde la visita de Humboldt, el país vivió dos procesos fundamentales de construcción nacional y transformación política -la independencia respecto de la Corona española en 1821 y la Revolución mexicana un siglo después provocados en gran medida por la concentración de la tierra como principal activo productivo.
Ciertamente ninguno de los otros países contemporáneos con altos niveles de desigualdad –principalmente en América Latina y África- experimentó una revolución social comparable en antigüedad, escala y profundidad.
El régimen posrevolucionario que logró consolidarse finalmente, y que logró sostenerse en el poder el resto del siglo XX, fundó su legitimidad y su permanencia en el poder –en ausencia de instituciones y prácticas democráticas- en dos ofertas principales:
un orden institucional capaz de mantener la estabilidad política y social, con crecimiento económico sostenido, y
la implementación del proyecto redistributivo emanado de la Revolución mexicana.
El éxito político de este régimen fue excepcional en América Latina y en buena parte del resto del mundo en el violento siglo XX. Aunque el crecimiento con estabilidad fue interrumpido abruptamente en 1982, su sostenimiento por cerca de cuatro décadas fue igualmente notable. En contraste, la persistencia de las brechas mencionadas –a pesar de un prolongado proceso de reforma agraria y de la amplia participación del Estado en la provisión de servicios sociales- sugiere un fracaso de origen en la implementación del proyecto redistributivo.
Sin pretender cuestionar la riqueza, sino más bien la redistribución de la misma en nuestro régimen, podemos observar que mientras de acuerdo a las cifras de CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, creado en el 2004 para medir la pobreza en México) nos dice que en 2008 había 47.19 millones de personas en pobreza multidimensional; en contraste, la revista Forbes acaba de publicar que el magnate mexicano Carlos Slim Helu es el hombre más rico del mundo superando al anterior número uno Bill Gates con 500 millones de dólares. Ver más aquí.
[1] Banco Mundial (2003a).
[2] La base internacional más completa de índices de desigualdad económica de los países es la de Deininger y Squire (1996), y su versión más actualizada puede encontrarse en la página electrónica del Banco Mundial. Las cifras de desigualdad económica y educativa reportadas para México provienen de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares 2000. Las brechas de salud provienen de las SSA (2001), y la comparación internacional de mortalidad infantil, del Banco Mundial (2001).[6]
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